10 MITOS SOBRE EL AMOR ROMÁNTICO

La Real Academia de la Lengua define amor de la siguiente manera:

“Sentimiento intenso del ser humano, que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser humano”

De esta definición podemos extraer un concepto muy importante del ser humano. El ser humano como algo insuficiente que necesita del otro para estar completo. Esto, en cierta forma, es acertado, ya que somos seres sociales y necesitamos de la compañía de los otros. Necesitamos estar en contacto con los demás, tener relaciones sociales que satisfagan nuestras necesidades relacionales. Sin embargo, hay una pregunta muy importante que todos debemos hacernos: ¿hasta qué punto necesito del otro?

La respuesta a esta pregunta es muy subjetiva ya que las necesidades relacionales de cada uno pueden variar mucho de una persona a otra. Hay personas que nunca tienen pareja, deciden vivir solas y no necesitas más que el contacto con sus amigos de vez en cuando. Hay otras personas que, si que necesitan tener pareja con la que compartir su día a día, necesitan llegar a casa y que siempre haya gente o mantener relaciones sociales con su grupo de amigos todos los días. La variabilidad en esto es enorme, pero tener mayor necesidad de establecer contactos sociales no nos tiene que hacer caer en ideas y mitos que pueden generarnos daño o sufrimiento.

Con esto, dentro de las relaciones de pareja, a veces, se cree en determinados mitos y creencias irracionales que condicionan nuestro comportamiento hacia ellos/as.

Entre los mitos de amor romántico más destacados podemos encontrar los siguientes:

  1. El amor todo lo cura

Cree que en las relaciones de pareja solo hay amor es un error. Antes de dar amor y querer al otro, hay que tener amor propio, conocernos y saber cuales son nuestros límites. Si no sabemos esto, podemos aceptar que los otros nos ofrezcan el amor que ellos consideran. Aceptando así, cualquier forma de amor, aunque nos haga daño. Por lo tanto, es fundamental tener claro, que sí, que hay que dar amor, pero a personas que sean capaces de nutrirnos y devolvernos el amor sano que esperamos.

  1. La media naranja

Este mito nos hace caer en el error de que somos seres humanos incompletos que necesitamos del otro para ser funcionales. Esto, es totalmente falso, cada uno, por si mismo, es suficientemente capaz de satisfacerse sus propias necesidades. No tenemos que encontrar a nuestra media naranja para estar completos, necesitamos tener relaciones sociales sanas que nos aporten valor en nuestra vida y no aguantar a nadie por el simple hecho de pensar que solos no somos suficientes.

  1. Los celos son una prueba de amor

La realidad es que los celos vienen de las inseguridades que pueda tener la otra persona o de las inseguridades que nos genere a nosotros el otro. Los celos sirven para justificar determinados comportamientos obsesivos, posesivos y controladores que pueden llegar a ser muy peligrosos o dañinos.

  1. El amor a primera vista

Esto es un punto que da para otro artículo, pero de manera resumida. En todas las relaciones se dan una serie de fases hasta llegar a tener una relación sana y duradera. Una de estas fases es el llamado “enamoramiento”. El enamoramiento puede llegar a durar hasta 3 o 4 años. Durante esta fase, nuestro cerebro está tan inundado de serotonina, que nos somos capaces de ver los fallos y defectos del otro. Simplemente, esa persona es perfecta.

Para que se dé el amor de verdad, es necesario ver al otro en su completo, es decir, ver sus virtudes, defectos, manías y potenciales y, en función de esto, valorar si esta persona me aporta lo que necesito en mi vida.

  1. No se puede tener atracción hacia otra persona

Aceptar que esto es así, implica, que si yo en algún momento de mi relación siento atracción física o afinidad con otra persona inevitablemente acabaré siendo infiel a mi pareja.

Esto implica que el ser humano funciona solo a través de impulsos y que no tiene capacidad de razonar y valorar. Es decir, si aceptamos esto caemos en el error de pensar que solo nos movemos en función de la satisfacción momentánea de nuestras placeres e impulsos más primarios. Sin embargo, aunque yo sienta atracción física por otra persona, soy capaz de pensar en mi pareja y decidir que me importa más mi relación y mi pareja que la simple satisfacción física de un impulso sexual.

  1. Eres mío/mía

La posesión dentro de una relación es un comportamiento bastante tóxico. Pensar que nuestra pareja es solo nuestra y que nadie más puede tenerlo, es horrible en si misma. Una persona no es o deja de ser de nadie. Las personas son libres de ser y estar con quien consideren, sin estar condicionados por otra persona.

Querer poseer a la otra persona implica inseguridad por nuestra parte y falta de confianza hacia el otro.

  1. Fusión

Considerar que cuando estamos en pareja, los dos, somos uno, es un mito que deja las puertas abiertas a la dependencia emocional. Cuando estamos en pareja, igual que cuando no lo estamos, cada uno somo seres individuales, autónomos e independientes que necesitas relacionarse con otro, pero no ser el otro.

Cada uno somos personas distintas con sus propios pensamientos, sentimientos y formas de ver la vida.

  1. Quien bien te quiere te hará llorar

El amor no tiene que doler. Dentro de las relaciones de pareja existen discusiones y problemas que deben solucionarse hablando y llegando a acuerdos, pero no tiene que haber dolor y sufrimiento. Cuando una persona te quiere, te aporta y nutre para que sigas creciendo. Si tu pareja te hace sufrir, pasarlo mal o vivir situaciones desagradables quiere decir que no estás viviendo un amor sano.

  1. En una pareja sana no hay discusiones

Esto es completamente falso. En cualquier tipo de relación hay discusiones. Como se ha comentado antes, somos personas independientes, cada uno con sus opiniones y creencias, lo que implica que no siempre vas a estar de acuerdo con otra persona en todo. Por lo tanto, las discusiones se van a dar y vamos a tener que ser capaces de solucionarlas juntos si queremos que la relación funcione.

  1. Con mi amor puedo curar a mi pareja

Esto es algo parecido a que el amor todo lo cura. El amor no puede curar a nadie. Cada uno tiene que ser consciente de los problemas y disfunciones que tiene en su vida y, por lo tanto, ser uno mismo el que decida qué hacer con ello. No podemos salvar a nuestra pareja de si mismo, no podemos curar de nuestra pareja aquellas cosas que uno mismo no quiere cambiar y no podemos hacer que nuestra pareja deje de maltratarnos simplemente porque la queremos mucho.

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