ANSIEDAD: ¿QUÉ ES Y CÓMO TRATARLA?

Todas, absolutamente todas las personas del mundo sentimos ansiedad. La ansiedad, lejos de ser algo malo que debemos evitar a toda costa, no deja de ser una emoción a la que tenemos que prestar atención cuando aparece.

La ansiedad, es una emoción, que como cualquier otra, todos podemos sentir en algún momento de nuestra vida. De hecho, aunque no seamos totalmente conscientes de ello, la ansiedad aparece en muchos momentos. Por ejemplo, cuando somos adolescentes y tenemos que enfrentarnos a un examen de una asignatura que se nos da fatal o cuando vamos a tener nuestra primera cita con la persona que se acabará convirtiendo en nuestro compañero/a de vida. En estos momentos, esos nervios que sentimos que nos impulsan a hacer algo para que todo vaya bien. Es decir, que nos hacen prepararnos ese examen o ponernos nuestro mejor conjunto para conquistar a nuestra pareja. Eso, es ansiedad.

En estos ejemplos, la ansiedad es adaptativa, es decir, nos impulsa a hacer algo para salir con éxito de alguna situación. Aquí, hemos prestado atención a nuestra ansiedad, hemos sido capaces de aceptarla y de hacer algo con ella para conseguir nuestros objetivos.

Sin embargo, en determinadas situaciones, sentimos una ansiedad que no sabemos de dónde viene, simplemente, aparece. En otras ocasiones, debido a las sensaciones físicas y emocionales, nos encontramos en una situación en la que no sabemos cómo actuar, nos quedamos bloqueados o actuamos de manera impulsiva para dejar de sentir eso que nos hace estar tan incómodos.

Pero…con todo esto, ¿qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción que se activa cuando hay algún tipo de peligro para el cual debemos estar alerta y preparados. Nuestro Sistema Nervioso Central se activa para hacer frente a ese peligro. Hasta aquí, si todo funciona bien, la ansiedad es adaptativa y no habría problema, pero ¿y cuando aparece sin haber ningún peligro?

El trastorno de ansiedad aparece cuando la ansiedad se manifiesta de repente, de forma injustificada y desproporcionada y, por lo tanto, representa un problema en todas o algunas áreas de nuestra vida.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar un miedo, ansiedad o preocupación excesiva de forma constante. Estos, generan un alto malestar en la persona que los sufren y acaban afectado a una o varias áreas de su vida.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la ansiedad pueden dividirse en cuatro grandes grupos:

  1. Sensaciones físicas: nuestro sistema nervioso se activa ante las demandas de la ansiedad y genera sensaciones como: opresión en el pecho, sudoración, mareos, taquicardias, dolor de estómago, tensión muscular, problemas para respirar, sensación de ahogo, sequedad de boca, etc
  2. Pensamientos: por lo general tendemos a tener pensamientos negativos y catastróficos sobre cualquier aspecto, tendemos a pensar que no vamos a poder enfrentarnos a eso que nos genera tanto malestar, que no podremos sobrevivir o sobrellevar la situación. También suelen aparecer problemas de memoria, de concentración y de atención.
  3. Emociones: sensación de intranquilidad, ansiedad, miedo, angustia, malestar, tener los nervios de punta, fatiga, etc
  4. Comportamientos: por lo general, cuando sentimos ansiedad, suele ser tan desagradable que lo que hacemos es llevar a cabo conductas que nos hagan evitar la ansiedad. Por ello, se suelen evitar situaciones que generan ansiedad, cancelar planes a última hora, posponer tareas, solicitar la baja laboral, etc.

Tratamiento para los trastornos de ansiedad

Los tratamientos más apoyados científicamente para la ansiedad son el tratamiento farmacológico y la terapia cognitivo-conductual.

La terapia cognitivo-conductual implica realizar ejercicios de reestructuración cognitiva y exposición comportamental. Es decir, por un lado, se intentan trabajar los pensamientos catastróficos y negativos para convertirlos en otros más adaptativos y realistas que no sean tan invalidantes y, por otro lado, se expone a la persona a esas situaciones y sensaciones temidas que generan tanto malestar para que pueda aprender a afrontarlas de forma saludable.

La terapia farmacológica suele basarse en el tratamiento de fármacos antidepresivos y ansiolíticos. Los más conocidos y habituales suelen ser los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

Estos tratamientos pueden darse de forma simultánea o separada. Dependerá de la elección del propio paciente, pero siempre es necesario realizar terapia psicológica que permita adquirir herramientas y recursos que nos permitan afrontar las situaciones ansiosas de forma adecuada.

Hábitos saludables si tienes ansiedad

Es importante resaltar hábitos saludables que se pueden llevar a cabo en nuestro día a día si padecemos ansiedad:

  • Mantener rutinas flexibles: se trata de generar una rutina dentro de nuestro día a día y tener “controlado” como va a ser nuestro día, pero sin llegar a ser totalmente inflexibles. Esto es, entiendo que hay cosas que no vamos a poder evitar, pero no por eso tiene que alterarnos nuestra rutina.
  • Realizar ejercicios de respiración o de atención plena: llevar a cabo ejercicios de respiración nos permite relajar nuestro sistema nervioso cuando se encuentra alterado. De esta forma, podemos enfrentar situaciones estresantes sin dejarnos llevar por nuestra ansiedad.
  • Practicar deporte de forma regular: el ejercicio físico moderado ayuda a relajar nuestro sistema nervioso y funciona de la misma manera que los fármacos ya que facilita la liberación de serotonina (hormona de la felicidad) en nuestro cerebro.
  • No tomar estimulantes y no consumir sustancias estupefacientes: las sustancias activadoras del sistema nervioso pueden generarnos síntomas físicos parecidos a los que nos genera la ansiedad (nerviosismo, sudoración, taquicardias, etc). Además, consumir sustancias para evitar la ansiedad o relajarnos solo hace que a corto plazo nos sintamos mejor pero no hace nada por solucionar nuestro problema a largo plazo.
  • Red de apoyo: contar con una buena red de apoyo, ya sea por parte de nuestros familiares, pareja o amigos, es fundamental para mantener nuestra ansiedad a raya. Cuando nuestra ansiedad sea elevada es bueno poder compartirlo con la gente que nos rodea y sentirnos apoyados por ellos.
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